Con qué profesional acreditada de la Psicología te vas a encontrar.

Nací hace medio siglo, y crecí en la preciosa ciudad, con duende y magia, de Sevilla, donde ahora tienes tu consulta de Psicología en Sevilla. Desde que tengo uso de razón, entre olores de naranjo, incienso, tierra mojada y azahar, he sentido atracción por todo lo que tiene que ver con el Alma humana.

Nací y crecí en Sevilla

 Nací hace medio siglo, y crecí, en la preciosa ciudad, con duende y magia de Sevilla, donde ahora tienes tu consulta de Psicología en Sevilla. Desde que tengo uso de razón, entre olores de naranjo, incienso, tierra mojada y azahar, comenzó mi atracción por todo lo que tiene que ver con el Alma humana.

Me gustaba expresar y expresaba a través del arte. Leía mucho y me encantaba relacionarme, no solo con mis iguales, sino que tenía facilidad para comunicarme y llegar a empatizar con personas de todas las edades. Me encantaba ver cómo escuchaban y como les ayudaban mis visiones de la vida, aun con corta edad y nada de experiencia. Todavía en época de colegio, me daba cuenta de que la gente me seguía, de que aplicaban cosas que yo les decía y que se producían cambios y mejoras en sus vidas. Me parecía impresionante y me encantaba observar cómo, frente a las mismas situaciones, las emociones podían cambiar y la actitud podía crear diferentes futuros.

Incluso observaba que había una conexión entre pensamientos y emociones. Ahí fue cuando realmente descubrí la potencia y el poder de la psique humana.

Empecé también a darme cuenta de que tenía una intuición natural y, ya por aquel entonces, me gustaba ponerme en el lugar de otras personas y llegar a sentir al máximo cuáles eran sus vivencias. Empezaba a cultivar sin saberlo, mi empatía, capacidad de observación y asertividad. A la vez que crecía en mí el deseo de ayudar a las personas. Ya en aquella época, empezaba a pensar que una de mis misiones aquí en la vida, era usar esa especie de dones, particularidades naturales, y ayudar a personas a avanzar en sus vidas y a provocar mejoras y calidad en ellas.

También me encantaba comunicar por cualquier medio. Comienzo a estudiar otro idioma, a escribir, aunque para mí (nunca pensé en publicar o mostrar nada hasta hace tres años), ordenando mis vivencias, recuerdo que escribí varias agendas de sueños. Ahí empecé a leer psicoanálisis: Freud, Jung y, posteriormente, Lacan, M. Klein, y de otros y otras de diferentes líneas y enfoques, Ellis, entre ellos, en los que después, me formé tambien.

Desde los siete años, tuve premios por dibujo, baile y por redacción. Cantaba, escribía poesía, bailaba, me disfrazaba con cualquier tela, dibujaba mucho. Antes de cumplir los diez años, y de forma paralela a la EGB, me formaba en el Conservatorio Superior de Música y Danza de Sevilla: solfeo, canto, instrumento y danza. He crecido en un entorno de mucha disciplina para bien o para «mal».

En todos estos años de colegio, leo a los clásicos, filosofía oriental, practico meditación desde muy pequeña, investigo por mi cuenta el lenguaje del cuerpo, grafología, sueños,… todo lo que tuviera que ver con la emoción, el comportamiento y el fascinante mundo del alma humana. Veo mucho cine y mucho teatro, asisto a conciertos semanales en el conservatorio y todo tipo de exposiciónes de pintura. Artes, artes escénicas y psicología. Y mucho jugar, saltar, nadar,.. con mis amistades y mis iguales familiares. Aparte de superar y lidiar con situaciones vitales estresantes difíciles. Trabajo, trabajo, tenacidad, lucha, afán de superarme a mi misma y a circunstancias que la vida presenta a veces. Y en ningún momento dejar lo que me hacía seguir adelante y crecer: mis dos pasiones, mis amistades (aún conservo algunas de aquella primera etapa de mi vida) y mi familia.

Este paralelismo, y posibilidad de compaginar mis dos pasiones profesionales, arte y psicología, comenzó a ir a menos desde que me sumerjo tras Selectividad, en el mundo de la Psicología, y sobre todo, cuando comienzo mi vida laboral.

Recién aprobada mi Selectividad, con una buena nota para poder elegir lo que quisiera, tuve en mente, hasta el último momento, llevar en paralelo, estudios de Artes, y por otro lado, de Psicología. Pero por aquel entonces ya trabajaba esporádicamente y llevar todo a la vez, resultaba materialmente imposible. Ya desde un principio, y siempre he seguido así, alternaba estudios con trabajo para pagarme mis extras, que solían ser cursos y más cursos y más experiencias de lo que me apasionaba, etc. Estabilizarme profesionalmente en la Psicología, para posteriormente ya, retomar intensiva mi otra pasión: el Arte, Artes Escénicas,…

Agradezco y trato de optimizar las peculiaridades que la vida me ha dado, pero esos dones, como lo llaman algunas personas o mis éxitos y logros, no son sino fruto de mucha lucha, trabajo, tenacidad, ilusión y caerme y levantarme cual Ave Fenix que he tenido que ser en varios momentos cruciales de mi vida. Tengo que decirlo, porque es así: la gente suele ver el resultado (y recciona con alegría o con celos, dependiendo de la madurez de cada persona), pero muy pocos se paran a pensar en el camino, en el proceso de lucha que he tenido que pasar hasta llegar a cada uno de los muchos o pocos buenos frutos que he ido cosechando,… y situaciones personales, unas muy buenas y otras muy difíles, que he ido superando e integrando. Desde mi primer duelo por la muerte de mi amigo inseparable por fallo cardíaco, con dieciseis años, recién iniciados en BUP y escritores de poesía a diario (Ahí dejé de escribir por un tiempo).

Desde entonces, diversas situaciones, desde ese primer duelo hasta hace dos años que pasé por una intervención quirúrgica grave. Éstos, y otra serie de eventos, que al igual que éstos, llegan a la vida y no dependen de uno o una misma. Lo que sí dependía de mí, era cómo lo integraba, trabajaba e incorporaba como experiencia de vida para crecer.

 

Años de formación: estudio y trabajo, vivir y crecer.

En mi gran deseo de poder ayudar (y mi convencimiento total desde que tengo uso de razón, de que es una de mis «misiones») y aportar lo posible por mejorar el bienestar de personas, especialmente de aquellas con más necesidad de ayuda. Y dentro de mi saber hacer en ese momento, decido hacer volutariado con personas mayores, voluntariado que alargo durante toda mi carrera universitaria, todas las semanas.

Intervenía en el acompañamiento en excursiones, tanto a válidos como a asistidos. Me encantó poder contribuir a que muchos de estos mayores, desmotivados por la vida, despertaran. Organizacé un coro con ellos y vino la televisión a grabarlos y entrevistarlos. Fue catarsis para ellos. Vivir el presente, independientemente del que sea, con la máxima calidad y bienestar.

En este profundizar en la Psicología, comienzo mi análisis personal, que considero fundamental para cualquier persona con esta profesión. Somos personas y trabajamos con personas. ¿Qué menos que conocer con lo que vamos? Autoconocimiento y trabajo personal lo primero, entre otras cosas porque ponerse a hacer terapia con un ser humano es algo sagrado a lo que hay que dar máxima calidad y garantía. Me analizaba con una genial profesional y colega, a la vez que seguía mi formación postuniversitaria.

Durante todo mi tiempo de Universidad, a la vez que iba profundizando en la Psicología, no me quedaba en lo acádemico sino que buscaba fuera y complementaba mi formación; iba tomando más contacto y más conciencia de que de forma natural, muchas de las cosas que leía y estudiaba, de alguna forma,  las había practicado por haberlas encontrado y estudiado por pura afición a temprana edad. Empezaba a descubrir y me empezaban a encajar muchas cosas. Todo un recorrido largo y de mucho esfuerzo. Todo una serie de vivencias y aprendizajes hasta actualmente, momento en que ejerzo en mi Consulta de Psicología en Sevilla.

Como siempre, desde los veinte años, he ido alternando trabajo, estudio y vida privada. Sigo mi formación enlazando cursos, trabajando y adquiriendo mis acreditaciones correspodientes en mi continuo reciclaje profesional y laboral. Y asì sigo, es parte de mí, el continuo crecimiento y evolución en todos los sentidos.

Por aquellos años, veintipocos tenía, me independizo. Solicito plaza de admisión para Experto Universitario, en la Unidad de Día Psiquiatría, en el Hospital «Vírgen Macarena», en Sevilla. Quería especializarme y empezar a trabajar, de forma real y en directo, de la mano de profesionales de mi línea de pensamiento y con mucha experiencia. Conseguí una de las diez plazas aquí en mi ciudad. Pasan años de trabajo, lucha, apredizaje, formación y más trabajo,.. siempre alternando estudios, trabajo y mi vida personal, claro.

Finalizados mis estudios de Postgrado y mi análisis personal, y ya Experta, me empezaba a sentir realmente preparada para la gran responsabilidad de ayudar a personas, ofreciéndoles la mayor calidad y eficacia posibles en mi trabajo con ellas y ellos.

Me seleccionaron para valorar parejas y hacer seguimientos de menores adoptados. Es ahí, cuando comienzo a asistir y participar activamente en multitud de cursos, seminarios y congresos. A tener una formación integradora, con lo cual, amplío mi visión, mi capaciadad y mi facilidad para dar lo mejor a cada persona. Siempre vi y sentí, y lo mantengo, que hay parámetros comunes, pero cada persona necesita una terapia ajustada a su ser. Para ello es necesario formación en diferentes corrientes y, desde luego, máxima experiencia.

Comienza mi etapa en lo profesional de simultanear lo público y lo privado. Como Psicóloga y, en los últimos años de lo público, en Gestión, dirección y Coordinación. Etapa que duró años y en la que en lo público, muchos fueron retos y redescubrí algo que de niña, ya me llevaba a interesarme por la psicología, esa facilidad innata para guiar a personas y sacar lo mejor de cada uno, o una. Esa capacidad de provocar y mover el interior de las personas para llevarlas a mayor bienestar.

Tuve, en algunas ocasiones, entre monitores, personal administrativo y alumnado trabajador, más de cincuenta personas a mi cargo en los Centros y Programas de los que fui Directora. Desde luego, el reto máximo fue dirigir uno de estos Programas, situado físicamente dentro de un Centro de Internamiento de Menores infractores. Fue una catarsis para todos, un esfuerzo para ellos y un girar ciento ochenta grados en sus vidas.

Durante el tiempo que les quedaba de Medida de Internamiento, en Semilibertad: estudiaron, acabaron la ESO, sacaron Permisos de Conducción, aprendieron el oficio según sus especialidades, e iniciaron tras ese tiempo, su vida laboral en un empleo en el exterior, con el hándicap que me supuso la inserción, por el hecho de haber estado internos por diferentes delitos. En ese esfuerzo, generaron seguridad en ellos, consecuencia de su mayor autoestima. Todavía recuerdo el día que clausuramos: las caras de familiares incrédulos, la emoción de haberlo conseguido, lágrimas de alegría y del aquello de…. ¡valió la pena!. Y esta solo fue una de esas experiencias.

Me encantó trabajar en Equipos Multidisciplinares, llevando grupos y en diferentes lugares. En ese desarrollo, trabajé con intensidad, la adaptación a los cambios, paciencia, la puesta de límites, el ir a por todas con cada Proyecto y llevarlos al éxito final y mantener la motivación alta en todo el proceso, aún en los momentos más difíciles,..la agilidad y tenacidad,… y siempre con deseos de ayudar y seguir mi aprendizaje de vida. Aparte de ello, he vivido y superado en el vivir, bastantes situaciones vitales estresantes (duelos, intervenciones quirúrgicas graves, situaciones de injusticia colectiva,…) que he ido trabajando e integrando; y que suman a la hora de intervenir más certeramente cuando vienen a pedir mi ayuda.

Son mis experiencias de vida que me hacen ser la mujer que soy: luchadora, leal, humana, fuerte, generosa, positiva, sensible, resiliente, empática, con enorme experiencia, también de vida, en este caso, dada por la propia historia personal de cada alma.

Pasaron años: estudio, trabajo, vida privada, situaciones diversas,…Y aunque fueron muchos, por fin pude retomar mis aficiones artísticas. Pero nada es casual y en esta ocasión como en tantas otras, ese retraso siginificó retomar el arte en la mejor etapa: madura, en el mejor momento para ello, mi momento. No hay edad, no hay tiempo para no hacer. Cuando llega el momento, se sabe.

No uso la palabra «suerte», ni me gusta eso de las frases genéricas para todo el mundo, ni los consejitos,… En mi sentir, lo considero superficial y produce una sensación de pseudoayuda que tarde o temprano, más bien temprano que tarde, se cae y es aún más fuerte. Es colocar parches. inevitablemente se produce una ruptura, y la crisis y la caída, son mayores.

Muchas veces, refiriéndose a mis logros, me he encontrado con la persona que me dice: «¡Oh, qué suerte!”. Siempre respondo igual: para mí, nada es cuestión de suerte, es trabajo, y lucha y trabajo y lucha… Además siempre digo, si te pusieras mis zapatos y caminaras mi camino, cambiarías la palabra suerte por determinación , por días sin dormir estudiando, tenacidad, levantamiento de caídas y empezar de cero en varias ocasiones, generosidad, esfuerzo, humildad, motivación,…

Tampoco uso la palabra «consejos». Yo no doy consejos, doy pautas, recomendaciones e invito a la persona a un trabajo profundo de su ser. Si es que realmente quieren sentir el cambio y sus efectos, y sobre todo, que éstos permanezcan y no sea cuestión de unos días ese bienestar. En el trabajo profundo, ahí es donde se encuentran las respuestas,… todo, dentro de cada ser.

Málaga

Mi pasión me ha llevado por diferentes lugares de Andalucía, España y fuera de ella, a formarme y a adquirir experiencia. Aparte de tener la suerte de encontrar y conocer personas en mi caminar, mejores y peores y con las que de una u otra forma, he crecido, aprendido, comunicado, vivido,..

La vida me llevó, por motivo laboral en lo público, a la maravillosa y cosmopolita ciudad de Málaga y me afinqué en la Axarquía, en la que permanecí doce años. Hasta que llegó la Pandemia y confinamiento, que hice en mi tierra, Sevilla. Aparte de mi trabajo como Psicóloga en lo público y en Gabinete en lo privado, más del cincuenta por cien, trabajando en inglés, con población extranjera; principalmente, ingleses y alemanes.

Es en ese tiempo, en el que entre otras vivencias personales, retomo de nuevo y sigo actualmente, mi formación artística. En los tres últimos años, de lleno con la Interpretación: cine (varios cortos, web serie capítulo, escenas,..) y teatro, en Málaga y Sevilla; así como monográficos, en Barcelona y Madrid.

Creé un Programa de Psicología en la radio, en la preciosa Axarquía. Entre olores dulces de la zona oriental tropical malagueña y el olor a mar, desarrollé y cordiné doce programas de Psicología en total, aparte de publicar dos veces al mes artículos sobre la misma.

En esos años, retomé la música y mi instrumento favorito, el saxofón. También pinté y, poco a poco, empecé a reconectar con mi raíz, y claro está, a echar de menos profundamente mi lugar de nacimiento y donde crecí: mi ciudad, la calles de la niñez, mi familia, mis amistades de siempre, con las que me he mantenido en conexión,…

Pandemia, confinamiento… vuelvo a Sevilla.

Empiezo a desear la vuelta a mi tierra. Llevaba ya unos tres o cuatro años con esa inquietud y el deseo de la vuelta a mi raiz, a visualizarme por mis calles de siempre… y, para sorpresa de todos, llega la Pandemia y el Confinamiento. Momento en el cual, volví a hacer otro voluntariado atendiendo telefónicamente a personas con miedos, estrés y ansiedad durante todo el confinamiento. Lo hice en Sevilla. Decidí pasarlo cerca de mi familia y en mi ciudad.

Paradójicamente fue en ese aislamiento hacia el interior en el confinamiento, y en una situación totalmente nueva para todos y en la que había que improvisar. Ahí, catarsis de crecimiento y decisión firme de preparar todo para, una vez acabado el confinamiento, continuar mi labor como Psicóloga pero desde mi entorno., en mi Consulta de Psicología en Sevilla.

Fue una decision y apuesta que por la razón, apuntaba a Málaga; y por la emocion, principalmente a Sevilla. En Málaga, ya recogía los frutos de doce años de esfuerzo. Aún actualmente, me siguen llegando pacientes del «boca a boca» que atiendo de forma online y mixta en mi Consulta de Psicología en Sevilla.

Siempre fui un poco reacia a nuevas tecnologías, pero obligada por la situación, si quería seguir ayudando a personas y continuar mi labor, no había otro remedio que incluír la terapia online, esa nueva forma de hacer  en mi día a día. Empiezo a experimentar, y mis pacientes también, que es igual de eficaz, eficiente y positiva que la presencial, sólo cambia el medio, no el contenido ni la calidad de la misma.

Es ahí también donde doy otro paso más y comienzo un proceso de empezar a hacer visible lo que siempre había realizado por pura pasión (escritos, montañas de agendas con poemas, dibujos, pinturas,…) Comienzo a sacarlos del baúl de los recuerdos y a organizarlos para que poco a poco vean la luz, aparte de continuar creando. Fue un ir al interior, emocional y físicamente, para despues salir al exterior mostrando más y sacando más de esa raíz, y ya en mi entorno original.

Busco y adecúo un lugar para ti en pleno corazón de mi ciudad: mi Consulta de Psicología en Sevilla.

Aparte de integrar aún más, las nuevas tecnologías, comienzo a visualizar mi propia Web que recién estrenada, sigo creando y sigue creciendo

Estoy, a mis cincuenta años, en momento de seguir ayudando y compartiendo también parte de lo que hago, hice y lo que soy. Sumando con mis veinte años de experiencia y mi preparación, que a día de hoy y así seguirá, sigo ampliando por pura vocación, al igual que mis otras pasiones profesionales: las artes, la comunicación y la psicología. Con esta última, ejerciendo profesionalmente desde antes del año 2000. Y con las otras dos en el Alma, desde que nací.

Antes de caminar, bailaba; antes de hablar, cantaba;  y antes de que te vea entrar por la puerta de mi consulta, ya por teléfono, te escucho en lugar de oírte, te miro en lugar de verte y empatizo contigo hasta el punto de que llegas a la primera sesión con seguridad, sabiendo qué vas a encontrar y qué vas a comenzar, y llena o lleno de total confianza en el proceso que estás iniciando desde ese primer paso conmigo, en mi Consulta de Psicología en Sevilla.

Tú das ese primer paso,… yo estoy aquí para cuando lo des.